Por fin conocí Sóller, el pueblo de Guillem. Paseé por sus calles con Yamila y Balin, mis compañeros de aventura esta pasada semana. Así que hicimos el dominguerillo, a falta de un lugareño que nos dijera: 'aquí fui al cole' 'aquí una vez me caí de la bicicleta' 'aquí se toma un helado estupendo' (por suerte, eso lo descubrimos nosotros mismos).
La iglesia de Sóller (san Bartolomé), con naranjo incluído.
Banco de Sóller. La rejería modernista es una pasada.
La oficina de Turismo, que estaba detrás de la iglesia en otra placita, era un vagón de madera del Tren de Sóller, que vimos pasar por el pueblo. Es un tren de madera que funciona desde 1912 entre las localidades de Sóller y Palma de Mallorca. También vimos el tranvía, que lleva de Sóller al Port.
La verdad es que una ofi así la querría yo para mí, era como el triple de grande que la casetita de La Granja...
Y de vuelta al piso, nos encontramos con la fábrica de helados, los famosos Gelats fet a Sóller, así como de casualidad XD y nos llevamos un par de tarrinas casi hechas en el acto (y unos cucuruchos). En la mesa había buffet libre de naranjas, y nos lamentamos después de no haber cogido unas cuantas. Por cierto, los helados, una pasada. El mío era de crema de melocotón.
¿a qué hora dices que pasa el tren de las naranjas?