

Es una de las tradiciones que más me gustan. Además del buenísimo ambiente que se respira en la plaza abarrotada y bulliciosa, de los chascarrillos de los cocineros, de la cazuelita de barro que te llevas a casa, hay muy buena música y ves gente de todo tipo, incluso a amigos que hace tiempo que no ves. A los ancianos en los bancos bajo las acacias. Los de la Asociación de Amigos de la Capa, junto a la Catedral. La Junta de Nobles Linajes, en los soportales del Ayuntamiento. Los chiquillos de instituto, sentándose en los rincones. Los punkis, en las escaleras del kiosko calentándose los mitones y los gargaverates con la sopa...

Y luego, a eso de las doce de la noche, nos apretamos en la puerta de San Frutos de la Catedral donde se recita el romance del santo. Nada más y nada menos que, viéndose acuciado y asediado por sus enemigos, golpeó el suelo con su cayado en la famosa cuchillada y abrió las Hoces del río Duratón (donde ahora está su ermita). Sin barrenos ni nada, allá por el siglo séptimo.

Así que ya lo sabéis: si pasáis por Segovia un 24 de octubre por la noche, no dejéis de calentaros las manos, el estómago y el ánimo con la sopa de San Frutos.
Findûriel, apilando las cazuelitas de años anteriores para hacer sitio a la de este año.
Qué bonito todo!! a mí la sopa de ajo sí me gusta, ahora bien, a esas horas de la noche debe entrar sola jejeMe gusta cómo se guardan las tradiciónes en Segovia ;)
ResponderEliminarJo, pues a mí no me va mucho, pero sí me hubiera molado el ambientillo. A ver si me paso este fin de semana (no es una amenaza, es para darte tu regalazo de cumpleaños :p)
ResponderEliminarbesuños
la mouer
PD: Por como hablas de ellos, los punkies parecen una especie autóctona de Segovia. Me mola.
PPD: OGUSHUN RULZ
Como molan las tradiciones de Segovia. Yo la sopa esa no la he probado nunca, a ver si me tendre que pasar a otro año pa catarla.
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