Puerto de Sóller, hogar natal de mi chico y lugar de residencia de mis suegros.
En septiembre, he de reconocerlo, estaba más mentalizada. La empresa me comentó que me extinguirían el contrato (lo que resultó ser falso el día antes de que me marchara, reunión en la que intentaron obligarme a firmar una baja voluntaria y se formó un escándalo cuando me negué), con lo que estuve todo el mes despidiéndome de mi casa, de los míos, del aire y el agua, de los monumentos, de mi hogar. Luego para que fuera que no, y de la peor manera.Y acostumbrada a negativas reiteradas y a palos en las costillas, pues me he ido negando a la idea, mientras no saltara la liebre de una oferta en Mallorca.
Al final no ha sido necesario, ya que antes que llegar a juicio, mi empresa ha decidido despedirme. Como reacción, he decidido dar el salto e irme.
Ca n'Oso, patio de la casa de un amigo en Sóller
Han sido unos días complicados, de todas formas. Antes de que terminara marzo, sufrí un desafortunado accidente cuando iba a trabajar. Como resultado, estuve de baja el tiempo que me restaba en la empresa, convaleciente de la espalda, sin poder leer, sin poder escribir, sin poder bordar... Después me ha pillado por banda una gripe primaveral muy fuerte, de la que aún me estoy desprendiendo. Y papeles por todos lados. Conseguir los papeles del trabajo, reclamar el dinero de la aseguradora, recobrar los documentos que tenía mi abogado, pagar por fin el título de la universidad, ir al SEPE... Muchas veces caminando como un robot, con mucha fatiga y con 'asistentes' por todos lados.
Después resultó que, a efectos del SEPE, he estado de vacaciones hasta hoy. Que, aunque te liquiden las vacaciones pendientes en dinero, tiene que transcurrir el tiempo en sí. Así que hasta la semana que viene no puedo pedir la prestación. Y ya voy a hacerlo en Mallorca.
Vista nocturna desde el balcón de la cocina. La niebla, reptando por la Tramuntana.
De día, desde el mismo balcón. Sóller.
Se acaban de llevar mis cajas (3) y una maleta grande. En las cajas básicamente van tonterías con valor sentimental, muchos libros (sobre todo mis libros de Tolkien, algunos de documentación para mi libro, y mi colección de Hobbits en idiomas) y las cosas de los muñecos. La maleta lleva ropa. Poca, para lo que voy a necesitar, pero tengo en proyecto volver a no mucho tardar, a por más.
Desde la ventana de la habitación del ordenador. Sóller.
Creo que cuanto antes me plante en Mallorca, antes se me pasará el shock inicial. Antes se me irá la primera morriña, esa que te hace llorar sin sentido y de repente, y que llega a asustar a los que te rodean. Esa que da mareos, cosquilleos, y te deja aplastada para todo el día. Para lo que resta de mes, tengo muchas cosas que hacer, de todos modos.
El día 25 Guillem y yo nos vamos de mereth, a la Mereth de Annatar, en Lórien. Volamos a Barcelona juntos, aunque de vuelta volvemos con una hora de diferencia. Es una de esas cosas a las que tuve que decir que no cuando me pasaron el cuadrante anual en el trabajo. No puedo ir a la mereth de Lórien. No puedo dar la conferencia en la Pompeu. No puedo ir a la EstelCon. Ni a la Tolkien Conference de Londres. No puedo celebrar mi cumpleaños con mi familia. Ni acudir al estreno de El Hobbit. Pero bueno... ahora podré al menos hacer algunas de esas cosas.
El día 2 voy a dar la conferencia en la Pompeu. Entre la mereth y la conferencia vamos a estar alojados con mi prima Gema y su novio Joan. Tengo muchas ganas de conocer la casa de Joan y de compartir con ellos unos días de frikadas y diversión (aunque seguramente esté con la nariz metida en el ordenador, ultimando detalles)
Iglesia de San Bartomeu, en la plaza mayor de Sóller.
Antes de todo esto, tengo que arreglar los papeles de la prestación (Palma, 20 de abril), apuntarme a algún curso de catalán y al carnet de conducir, repartir currículum y, sobre todo, dedicarme al libro. No he podido hacerlo los últimos meses debido a la tristeza, los líos legales y laborales que me comían la cabeza y el espíritu, y las diversas y molestas dolencias.
A desayunar ensaimadas...
Así que aquí me tenéis... in the verge of moving. Con las cajas recién enviadas, la maleta para el domingo aún vacía ("la maleta de los flecos"), los muñecos empaquetados, las baterías (cámara, portátiles...) cargándose, y esperando el día, la hora, el momento. Estoy demasiado cansada como para decidir si las cosas me dan pena o emoción. Me alegra haberme podido despedir de mis compañeros de trabajo, aunque me apena no haberme despedido de un montón de amigos. Ya no estaré a un tiro de tren de mis amigos de Madrid, ni a un tiro de bus de mi smial. Ya no me podré encontrar con un simple viaje por tierra de 23 minutos con mi prima Gema, ni podré comprar en mis tiendas, ir a mi biblioteca (ay, cómo la voy a echar de menos) o quedar con las segovianiñas a comer sándwiches y tomar fotos de nuestros muñecos. Al menos, hasta que algún viaje me devuelva a mi tierra, a mi amor eterno, a mi Segovia.
Me voy en busca de tierras rocosas, pulverizadas a base de tenacidad para agarrar las raíces de un olivo. A una tierra sin cigüeñas, sin azores, sin milanos. A monumentos por descubrir, a aguas que no se beben, a calles que huelen a madera y naranjo. A una casa que precisa de nuestra ayuda, conjunta, para completarse. A un lugar donde puedo moldear mi vida a pesar del vértigo que da pensarlo. Al lugar de los errores de los que se aprende.
No es un adiós, no es un hasta luego. Es un hasta la próxima. Echaré demasiado de menos a mi familia y a mi hogar como para no volver en cuanto pueda. Deseadme suerte en esta empresa, en todo a la vez. Comenzando por el viaje. Este mismo domingo.
Findûriel.
¡Suerte, pastelillo!
ResponderEliminarYa verás que todo va a ir de fábula. Recuerda lo que hablaste con Juanjo; aunque los comienzos tras una mudanza no siempre son fáciles, si hay cariño, ganas e ilusión al final te acabarás adaptando perfectamente.
Mil millones de besos y disfruta de esta nueva etapa de tu vida ;-)
Vais a ser muy, muy felices. Y con esas fotos ganas me dan de irme a mí XDDD Pero yo soy una descastada como dice mi madre y no tengo morriña de los sitios.
ResponderEliminarSuerte y buen viaje!
Olatz
Muchisima suerte!! ^_^
ResponderEliminarBuen viaje!
Es muy dificil dejar atras todo lo que conoces y te es familiar, pero en cierto modo siempre lo llevas contigo.
ResponderEliminarNo te deseo suerte porque se que la tendras :) tampoco te deseo amor porque vas a por el, y tampoco te deseo que no sufras porque no todas las lagrimas son malas :)
Pero si espero que seas muy feliz, tanto como tu te lo mereces.
Alas y buen viento amiga :)
Siento mucho todo lo que has pasado, pero creo de corazón que es para bien y que van a empezar a pasarte cosas maravillosas (ya me lo dirás ya jajaja). Los cambios son buenos, incluso cuando pensamos que no, lo verás con el tiempo :). Mucha felicidad para ambos besazos guapetona!
ResponderEliminarPorqué se que todo irá genial, porqué vienes a por tu nueva vida, porque te estamos esperando con los brazos abiertos y porqué eres una de las mejores personas que conozco y que conoceré nunca.
ResponderEliminarÁnimo y muchísima suerte.
Aina
Poco te puedo decir que no te dijese en su momento.
ResponderEliminarEstos pasos dan, a falta de una palabra mejor, vértigo. Pero es un vértigo del bueno, del que emociona, del que te dan ganas de experimentar cuanto antes.
Por supuesto que echarás mucho de menos a tu familia, pero esta distancia no es definitiva, y gracias a las tecnologías te los acercan tanto que la distancia se hace mucho más llevadera.
Los primeros meses serán duros, no te voy a mentir. Te sentirás permanentemente "de visita".
Pero esa sensación pasará sin a penas darte cuenta, y comenzarás a llamar a esa casa "mi casa", y muchas cosas de las que te sacarán de quicio del día a día, aprenderás a no hacerles caso, y a disfrutar de una experiencia totalmente enriquecedora en tu día a día.
Es un tema largo de hablar, y ya sabes que me tienes ahí...
Un besazo enorme, hermana bruja.
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No había leído esta entrada hasta hoy (tengo los blogs ajenos igual de abandonados que el mío) y ... me has hecho llorar. Me pongo en tu lugar y supongo que exactamente esas cosas serán las que me pasarán por la cabeza a mí en unos meses, o algunas muy parecidas. Y me da miedo.
ResponderEliminarPero sé que has ido tras tu vida, tras tu felicidad. Y, como tú me dijiste a mí, tú y yo vamos a estar a la misma media hora ... No es lo mismo, pero sí.
Ya no sé ni lo que digo. Estoy desvariando.