El año se me ha pasado volando. El trabajo es el que más contribuye a esta sensación. De hecho, llevo ya dos meses de trabajo y casi ni me entero de que pasan.
Mi parada de tranvía, un día londinense
Gracias a internet, y a mi querido colega Henk 'Hobbithunter' Brassien, he conocido por facebook a un coleccionista español de 'hobbits'. Se lo conoce como Gololo, y aquí podéis ver su impresionante colección de 'hobbits'. Ahora mismo posee la impresionante cifra de 226 ejemplares en 55 idiomas. Gracias a él conseguí una copia en indonesio, y según voy subiendo fotos de los libros que me llegan, él me anima a continuar y me da consejos.
La última foto que subí de mi colección mostraba 39 ejemplares en 35 idiomas, pero esta semana pasada la cosa se ha ampliado con dos ejemplares muy especiales, con lo que ya tengo 41 ejemplares en 37 idiomas.
Estos dos ejemplares están traducidos al polaco y al armenio. La edición polaca ha sido un regalo indirecto. Laura, una amiga de Sevilla, conocía a una chica en Polonia a través de un foro, y le pidió el favor de comprármelo. Esta chica, fantástica, se curró un reportaje de todas las ediciones que pudo encontrar, haciendo fotos en las librerías, poniéndome datos de todo tipo sobre cada ejemplar, y preocupándose en todo momento por mi opinión.
Al final, ambas urdieron un trato y me regalaron el libro. Ha sido un fantástico regalo, como muchos otros ejemplares de los que disfruta mi colección, que son regalos (gracias a Daniel, Rocío, Alberto, Guillem, Maya y Shin, Carol, Laura, Laura (sí, dos Lauras)...). Es una preciosa edición en tapa dura. Cuando consiga todos los ejemplares en las lenguas que pueda, quisiera ir añadiendo ejemplares de tapa dura a los que poseo en tapa blanda, si es posible (por ejemplo, la versión en yiddish sólo existe en blanda).
El segundo ejemplar lo conseguí por eBay y me costó bastante encontrarlo, pero era un capricho personal que llevaba un tiempito buscando. Se trata de una primera edición, impresa en 1984, en armenio. Es una de mis joyas en primera edición, y quizá el más difícil de encontrar de todos mis libros. El día que me llegó fue casi mágico, abrir aquella caja pequeñita y aquella bolsa llena de celo, abrirlo y aspirar su aroma viejo y curtido, hojear esas páginas que algún niño había recorrido mucho tiempo atrás, acariciar su lomo y su cubierta... y volver a encerrarlo en su plástico protector, temerosa de que su fragilidad se resintiera de la humedad o el sol.
Tan pequeña...
Ahora mismo hay otros dos libros viajando hacia aquí o esperando a ser recogidos: mi primera traducción en ruso (hay varias diferentes), que tiene el mismo formato que el libro armenio, con el mismo dibujante, y un 'hobbit' traído de Taiwan que no sé qué idioma traerá dentro. Pueden ser varias ediciones: puede ser un simple libro en inglés llevado desde Inglaterra, o un libro en mandarín impreso en China (tengo un ejemplar en mandarín, pero otro tampoco sería mal recibido)... o puede ser un ejemplar en inglés impreso por Houghton Miffin Taiwan, lo que no estaría nada mal (siempre y cuando conserve las páginas taiwanesas). Este segundo me lo trajo un compañero del grupo de rol, que hizo un viaje allí.
Por lo demás, hay muchos proyectos por delante, para el tiempo que me dejen los compromisos, el trabajo y, sobre todo, los ojos. Los brotes me remiten y vuelven con virulencia, con lo que mis horas de ordenador están lamentablemente muy limitadas. Incluso la oftalmóloga me dijo que no lo usara más de tres horas, pero en el trabajo tengo la obligación de usarlo continuamente, con lo que en casa trato de usarlo menos, y siempre con buena iluminación.
Esto de estar enferma de los ojos es un impedimento más grande de lo que parece. Tengo pendientes muchas cosas, algunas de las cuales corren bastante prisa, como un cuadro en punto de cruz que tuve que dejar abandonado, y que era un regalo... el libro de las hadas de mis amigos gallegos, que pide atención a gritos, y el betareading de la novela de una buena amiga que está deseando moverla por las editoriales pero precisa de las correcciones, son otros dos proyectos que tengo que dejar colgados más tiempo de lo que debería.
Lo que no puedo dejar pasar es comprarme unas gafas que pueda llevar en el trabajo y que me protejan del ordenador y de la fotofobia de la calle.
Por otro lado, me he comprado ¡por fin! un camarón de fotos. Una maquinota que tampoco he podido disfrutar tanto como merece, pero con la que ando trasteando y tonteando en mis ratos libres. Se trata de una Nikon 5100, y me venía con dos objetivos de lo más pintones. Alucinando me hallo con la cantidad de cosas que puede hacer, y con las que aún no he hecho. Un buen amigo, profesional de la fotografía, me ha recomendado hacerlo todo en manual. Y es el maldito infierno. Aprendes a ser paciente, eso sí, porque con la cantidad de cosas que tienes que ajustar pasa un buen rato antes de que le des al disparador, y jamás de los jamases sale bien a la primera. Aunque ladees la cara y contengas la respiración, en posición de ninja agazapado, salen las fotos con pulso de robar panderetas. Pero bueno, estoy descubriendo mucha magia en las fotos que sí salen medio decentes, e incluso a hacer algún que otro efectillo interesante.
Aparte de todo esto, he acudido a fiestas, eventos, actividades y he ido mucho al cine. Hemos cenado en lugares nuevos y lugares de siempre, he sido testigo de ocasiones especiales y también las he vivido. Lo que ocurre es que nunca se me pasa por la cabeza agarrar el blog y darle un buen meneo.
Como siempre, espero no tardar tanto la próxima vez.
Findûriel
Un beso prima. Que tu colección sea la mitad de grande que tu corazón y entonces será inabarcable. Cúrate.
ResponderEliminar