mi bestia llega por la tarde
me muerde las entrañas
me acaricia la cabeza
gruñe
escupe parte de mi.
mi bestia llega por la tarde
mientras otros hacen fotos
mientras otros van de merienda
mi bestia llega por la tarde
a través del suelo de la cocina
con mirada lasciva.
mientras otros tienen empleos
que les impiden pensar
mi bestia me permite pensar en ella,
en cementerios y locuras y miedo
que les impiden pensar
mi bestia me permite pensar en ella,
en cementerios y locuras y miedo
y en flores rancias y decadencia
y en el hedor del brío apagado.
mi bestia no me deja en paz
llega por las tardes
mi bestia no me deja en paz
llega por las tardes
me muerde y me araña
y le digo
doblado de dolor, cogiéndome el vientre con las manos,
joder, ¿cómo les voy a explicar tu presencia a
ellos? creen que soy un cobarde
pero los cobardes son ellos porque se niegan a
sentir, su valor es el de los
y le digo
doblado de dolor, cogiéndome el vientre con las manos,
joder, ¿cómo les voy a explicar tu presencia a
ellos? creen que soy un cobarde
pero los cobardes son ellos porque se niegan a
sentir, su valor es el de los
caracoles.
mi bestia no está interesada en mi desdichada
teoría; rasga, mastica, escupe,
otro trozo de mí.
salgo por la puerta y me sigue
mi bestia no está interesada en mi desdichada
teoría; rasga, mastica, escupe,
otro trozo de mí.
salgo por la puerta y me sigue
calle abajo.
nos cruzamos con las hermosas colegialas risueñas
las camionetas de la panadería
y el sol se abre y se cierra como una ostra
engullendo a mi bestia un instante
mientras cruzo un semáforo en verde
con la pretensión de haber escapado,
con la pretensión de que necesito una barra de pan o
un periódico,
con la pretensión de que la bestia se ha ido de una vez por todas
y de que las partes de mí desgajadas siguen ahí
bajo una camiseta azul y unos pantalones verdes
a medida que todas las caras se tornan muros
y todos los muros se tornan imposibles.
nos cruzamos con las hermosas colegialas risueñas
las camionetas de la panadería
y el sol se abre y se cierra como una ostra
engullendo a mi bestia un instante
mientras cruzo un semáforo en verde
con la pretensión de haber escapado,
con la pretensión de que necesito una barra de pan o
un periódico,
con la pretensión de que la bestia se ha ido de una vez por todas
y de que las partes de mí desgajadas siguen ahí
bajo una camiseta azul y unos pantalones verdes
a medida que todas las caras se tornan muros
y todos los muros se tornan imposibles.
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(Charles Bukowski, Lo más importante es saber atravesar el fuego)
2 comentarios:
Me ha encantado. La bestia es la soledad o el miedo de salir...me imagino que son los malos pensamientos con envidias.
Se lo que has de ser, porque si no eres ser de ti mismo nunca podrás llegar a serlo.
P.D: No todos somos iguales, al igual que nuestros miedos.
Belegurth
Bueno, yo percibo la bestia del escritor como ese sentimiento que hace que te duela el cordón del zapato desatado, la caída de un fruto en el barro, la risa de un bebé en un día de invierno... en fin, todas esas cosas que te hacen ser escritor, que te hacen ser diferente a los demás, que te hacen inexplicable a los demás el hecho de que te duela la vida.
Por eso quizá Buk diga que su bestia le permite pensar en ella, y en todas esas cosas que existen y se te clavan. Y lo "peor" es que a esa bestia le da igual si tienes una vida aparte, si tienes familia, o no, o si tienes que fichar en el trabajo de ocho a dos. te devora indiferente.
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