Este fin de semana, como os dije, estuve fuera. Más concretamente en el albergue 'Fuente las Tablas' de Cuenca, un sitio precioso y aislado del mundanal ruido.
Fui en coche con Níniel (que demostró mucha mano al volante, y un gran coraje al conducir de noche cerca de los precipicios sin quitamiedos) y Balin. Al llegar al albergue, el número que alcanzaríamos de asistentes sería veintiuno.
El yogur de 500 gramos dio fuerzas al secretario Arathorn II para traer la leña y encendernos un magnífico fuego en torno al cual conversar y reírnos
Desde Lórien llegó el vicio, porque muchas lembas y muchas cosas pero luego bien que le dan al limpë y al miruvor...
'Por mucho tiempo cada uno de ellos cantó solo, o junto con unos pocos, mientras el resto escuchaba, porque cada uno sólo entendía aquella parte de la mente de Ilúvatar de la que provenía él mismo, y eran muy lentos en comprender el canto de sus hermanos. Pero cada vez que escuchaban, alcanzaban una comprensión más profunda, y crecían en unisonancia y armonía'
Gimli nos mostró el trabajo minucioso de digitalización de la ESTEL (nuestra revista), un verdadero trabajo de orfebrería enana. El albergue visto desde fuera, y una foto de lo cansadísimos que estábamos después de la aprobación del acta (ejem)...
Nos llevaron de paseíto, pero la CP se puso a hacer estampas por el bosque (a la izquierda, la Flagelación). Nos hicimos la primera foto grupal, y a la vuelta descubrimos la Ciénaga de los Muertos. Ylmir se negó a sumergirse y aguantar la respiración para sacarle una foto chula. Dice que es que no se había traído la armadura a la excursión :)
Mascahierbas en el banco de los Picapiedra. Elfhelm, Ylmir y Elanor Peucansat.
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