Muchas historias encierra esta canción, quizá demasiado larga, mas también quizá aun sus ocho minutos dejan con ganas de más. Comienza casi con timidez, con parsimonia, y como reza la voz de Plant, nos hace preguntarnos...
Hay una dama que está segura de que todo lo que brilla es oro, y está comprando una escalera hacia el cielo. Y cuando llegue allí sabe que si las tiendas están cerradas, con una palabra puede conseguir aquello para lo que ha venido...
Uh, y me hace preguntarme...
Hay una señal en el muro pero ella quiere estar segura, y sabes que a veces las palabras tienen dos sentidos. En un árbol junto al arroyo hay un pájaro cantor que se lamenta. A veces todos nuestros pensamientos siembran las dudas.
Uh, y me hace preguntarme...
Surge la letra a través de un rasgueo distraído de Page, sentado con Plant frente a un fuego, en una cabaña. Robert sostiene un lápiz en las manos y juguetea con la hoja sobre la mesa, mientras Jimmy pulsa las cuerdas de un modo errático. Y de repente algo brilla en la parte posterior del cráneo del vocalista, algo que crece y comienza a extender sus tentáculos por el cerebro y la médula espinal de Robert. Y comienza a escribir, sin poder parar.
Hay un sentimiento que me embarga cuando miro al oeste, y mi espíritu grita porque quiere salir. En mi mente he percibido anillos de fuego a través de los árboles, y las voces de aquellos que están de pie contemplándome.
Y se rumorea que pronto, si todos cantamos la canción, el flautista nos conducirá a la razón. Y un nuevo día amanecerá para aquellos que hayan permanecido, y el bosque resonará con los ecos de su risa.
Plant acaricia la cubierta del libro que hay bajo la hoja, cuando se detiene para tomar aire. Magic Arts in Celtic Britain, reza la tapa, escrito por Lewis Spence. Aún le bailan en la lengua los duendes, el spleen, el glamour, la belleza legendaria de los bosques cubiertos en bruma.
Si hay un revuelo en los setos, no te alarmes. Es tan sólo la purificación de primavera de la Reina de Mayo. Sí, hay dos caminos que puedes tomar, pero por el más largo aún hay posibilidad de cambiar de dirección.
Tu mente tararea y no parará de hacerlo hasta que te des cuenta de que el flautista te está llamando para que te unas a él. Querida dama, ¿Acaso no oyes el viento soplar, y acaso no sabes que tu escalera yace en la brisa susurrante?
Y entonces ambos supieron que las guitarras se volverían locas, que la batería seguiría ese ritmo tan extraño, que la letra vagabundearía colgada en los acordes y en los extremos de las cuerdas, sugiriendo al oyente todo aquello que de mágica y fantástica tiene su imaginación.
Y mientras serpeamos por la carretera, nuestras sombras más altas que nuestro alma, allá camina una dama que todos conocemos que brilla con luz blanca, y quiere mostrarnos cómo todo aún se torna dorado.
Y si escuchas con mucha atención, la melodía llegará al fin hasta ti. Cuando todo es uno y uno es todo, ser una roca y no rodar...
Y ella está comprando una escalera al cielo.
Plant deja el lapicero en la mesa, soplando los restos de carboncillo de la hoja arrugada mas sin correcciones. Hace ya un rato que Page ha dejado a un lado la guitarra y contempla las letras hermosas y sinuosas de Robert. Asiente con la cabeza, con los ojos abrasados por la experiencia, y se inclina hacia delante para taparlos con las palmas de las manos. A Plant le tiemblan un poco las manos al dejar la hoja sobre la mesa, parcialmente tapada por el libro. No quiere que nada deshaga aquella magia momentánea, que el viento de lo imprevisible se lleve esa letra del mismo modo en que se la acaba de entregar, como un toque de genio, como un hechizo pesado, como un hilo que uniera lo mundano y lo divino.
Como una escalera al cielo.
Hay una dama que está segura de que todo lo que brilla es oro, y está comprando una escalera hacia el cielo. Y cuando llegue allí sabe que si las tiendas están cerradas, con una palabra puede conseguir aquello para lo que ha venido...
Uh, y me hace preguntarme...
Hay una señal en el muro pero ella quiere estar segura, y sabes que a veces las palabras tienen dos sentidos. En un árbol junto al arroyo hay un pájaro cantor que se lamenta. A veces todos nuestros pensamientos siembran las dudas.
Uh, y me hace preguntarme...
Surge la letra a través de un rasgueo distraído de Page, sentado con Plant frente a un fuego, en una cabaña. Robert sostiene un lápiz en las manos y juguetea con la hoja sobre la mesa, mientras Jimmy pulsa las cuerdas de un modo errático. Y de repente algo brilla en la parte posterior del cráneo del vocalista, algo que crece y comienza a extender sus tentáculos por el cerebro y la médula espinal de Robert. Y comienza a escribir, sin poder parar.
Hay un sentimiento que me embarga cuando miro al oeste, y mi espíritu grita porque quiere salir. En mi mente he percibido anillos de fuego a través de los árboles, y las voces de aquellos que están de pie contemplándome.
Y se rumorea que pronto, si todos cantamos la canción, el flautista nos conducirá a la razón. Y un nuevo día amanecerá para aquellos que hayan permanecido, y el bosque resonará con los ecos de su risa.
Plant acaricia la cubierta del libro que hay bajo la hoja, cuando se detiene para tomar aire. Magic Arts in Celtic Britain, reza la tapa, escrito por Lewis Spence. Aún le bailan en la lengua los duendes, el spleen, el glamour, la belleza legendaria de los bosques cubiertos en bruma.
Si hay un revuelo en los setos, no te alarmes. Es tan sólo la purificación de primavera de la Reina de Mayo. Sí, hay dos caminos que puedes tomar, pero por el más largo aún hay posibilidad de cambiar de dirección.
Tu mente tararea y no parará de hacerlo hasta que te des cuenta de que el flautista te está llamando para que te unas a él. Querida dama, ¿Acaso no oyes el viento soplar, y acaso no sabes que tu escalera yace en la brisa susurrante?
Y entonces ambos supieron que las guitarras se volverían locas, que la batería seguiría ese ritmo tan extraño, que la letra vagabundearía colgada en los acordes y en los extremos de las cuerdas, sugiriendo al oyente todo aquello que de mágica y fantástica tiene su imaginación.
Y mientras serpeamos por la carretera, nuestras sombras más altas que nuestro alma, allá camina una dama que todos conocemos que brilla con luz blanca, y quiere mostrarnos cómo todo aún se torna dorado.
Y si escuchas con mucha atención, la melodía llegará al fin hasta ti. Cuando todo es uno y uno es todo, ser una roca y no rodar...
Y ella está comprando una escalera al cielo.
Plant deja el lapicero en la mesa, soplando los restos de carboncillo de la hoja arrugada mas sin correcciones. Hace ya un rato que Page ha dejado a un lado la guitarra y contempla las letras hermosas y sinuosas de Robert. Asiente con la cabeza, con los ojos abrasados por la experiencia, y se inclina hacia delante para taparlos con las palmas de las manos. A Plant le tiemblan un poco las manos al dejar la hoja sobre la mesa, parcialmente tapada por el libro. No quiere que nada deshaga aquella magia momentánea, que el viento de lo imprevisible se lleve esa letra del mismo modo en que se la acaba de entregar, como un toque de genio, como un hechizo pesado, como un hilo que uniera lo mundano y lo divino.
Como una escalera al cielo.
2 comentarios:
Uffff... No hay palabras que puedan expresar lo que es para mi "Starway...", Page, Plant, Boham, Paul Jones, Los Zeppelin: MI RELIGIÓN, MIS DIOSES! (Unos de tantos...) Solo diré 4 cosas (que tal vez sólo entiendan flipados fetichistas musicales como yo): DOES ANYBODY REMEMBER LAUGHTERRRR!!!!!!.....
Y por cierto, se me olvidaba: MUCHAS GRRRACIASSS por dedicar un espacio al los Zeppelin (y al Stairway -que antes he puesto Starway: equivocación curiosa, por cierto- Un MUAK gordo pa la Monika!
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