Pues también os debía una crónica sobre las setas del año. He de decir que no fue el mejor momento para ir a buscarlas, ya que los fines de semana anteriores no estuve por casa y llovió bastante. Así que muchas de las piezas más magníficas ya eran pasto de los insectos o estaban aguadas y pochas.
Pero bueno, la cosecha no fue tampoco moco de pavo.
Media cesta de nicalillos
Lo primero que hay que hacer es hallar un lugar que tenga la suficiente concentración de aguja de pino, esté lo suficientemente limpio de maleza y tenga uno o ningún coche aparcado en unos cuantos cientos de metros a la redonda. Proveerse de una navaja afilada, una cesta (como os vea con cubo o bolsa os corro a gorrazos) y mucho ánimo.
Lo de la cesta se debe a que las setas y demás miembros del reino funghi, amiguitos, se reproducen por esporas. Al cortar estos deliciosos elementos, las esporas se separan del sombrero. Si no dejamos que las esporas se vayan distribuyendo por el bosque usando una cesta (agujeritos), pues el año que viene nada de nícalos, my friends. Es más, como te pille el SEPRONA, estás aviado.
Me jorobó la percepción extrasensorial el hecho de que saliera el sol cerca de la una. Se me da mejor ver las setas cuando está brumosillo, ya que cuando sale el sol hay demasiado contraste entre luces y sombras tan delgadas y frecuentes que no ves nada. Y cuando te lanzas emocionada, con lágrimas en un puño y el corazón en los ojos, a por un fugaz reflejo anaranjado... es un trozo de tiesto de miera o una piedra de ese color.
Tiesto de miera. Esos malditos pedazos que te hacen ilusionarte...
El procedimiento para coger setas es el siguiente:
1. Localizar la pieza. Es el más laborioso de todos. Yo lo hago bajo tierra, ya os hablé de mi 'gen Navares' hace tiempo, el que me hace verlos bajo agujas de pino, musgo y arena. No hay que desesperar, ya que al final algo se encuentra, aunque sean pucheretes.
2. Doblar el espinazo. Mi señora madre me sirve de modelo para este paso.
3. Destapar con mimo y cuidadito la pieza. También hay que tener en cuenta que el bosque no se maltrata ni estorba más que lo necesario, así que no vale usar el pie ni la navaja para esto, hay que ser civilizados.
4. Se anuncia a la infeliz criatura de que se le va a dar muerte presentándole el instrumento de la ajusticiamiento y recitando alguna frase épica estilo 'Yo soy Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre. Prepárate a morir' o 'Clariiiice... pfpfpfpfpfpfpf'
Prepare yourself to die by Taramundi knife
5. Como buena Stark, la persona que dicta la sentencia de muerte debe ser capaz de administrarla. Se efectúa un corte limpio y rápido y conseguimos la pieza. Es muy importante CORTAR el nícalo, NO arrancarlo. Y el tronco se queda en el campo, posteriormente enterrado de nuevo bajo arena y agujas, dejando el pinar curiosito y hermoso.
Y, bueno, todo esto se riega con un poco de vinito y un buen bocadillo y ya es el día de campo perfecto. Si uno se encuentra setas que están malas y nos damos cuenta después de cogerlas, lo mejor es trocearlas. Del mismo modo, vamos a limpiar de partes verdes y de arena lo máximo posible las piezas antes de llevárnoslas a casa.
Y recordad. siempre tenéis que coger sóla y exclusivamente lo que conozcáis. NO COJÁIS DE TODO PARA LUEGO PREGUNTAR SI ES COMESTIBLE, que eso es un atentado contra la Madre Naturaleza. Coged lo que vayáis a consumir, y el año que viene tendréis más.
Nada, una cuando va a setas no va a cualquier lado.
Castillo de Turégano
Mónica, que luego visitó un muladar pero no es cuestión de hacer fotos.
3 comentarios:
Pippin Oka Ikuta-Ninomiya-Ohno:
No sabía yo que practicabas el "Hobby más hobbit", la recogida de setas. XD
Gracias por escribir una crónica de la estelcon, se echaba de menos tu punto de vista.
Saludos!!
qué sitio más chuli (me debo a mí misma un tour por Segovia)
y ya se sabe, "si se va a setas, a setas y si a rolex, a rolex"
besos
olatz
Castilloooooooo...
He estado dos veces en Segovia y por supuesto he llenado de babas el Alcazar, pero desconocía este castillo. Así que tarde o temprano recibiras noticias del norte para que nos guies hasta él
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