Areste Momentum: viaje a Mallorca - Sóller

Será un tour a través de las fotos que tomé en este último viaje a Mallorca. Off we go:

Por fin conocí Sóller, el pueblo de Guillem. Paseé por sus calles con Yamila y Balin, mis compañeros de aventura esta pasada semana. Así que hicimos el dominguerillo, a falta de un lugareño que nos dijera: 'aquí fui al cole' 'aquí una vez me caí de la bicicleta' 'aquí se toma un helado estupendo' (por suerte, eso lo descubrimos nosotros mismos).

El pueblo, ya lo sabía yo porque lo había visto desde el coche, es una pasada. Ahí, al ladito de las montañas de la Tramuntana, donde se queda la bruma pegadita hasta altas horas de la mañana, parece sacado de la hibridación de un pueblo pirenaico y las construcciones en piedra del Mediterráneo. Calles sencillas e intrincadas escondiendo rincones pintorescos (como diría Dosflores), fachadas impolutas y ajetreo de habitantes (y visitantes), y todo con el gusto de estar ordenado, limpio y arreglado.

Todo estaba lleno de olivos y naranjos. Habíamos estado en un supermercado y quisimos comprar naranjas... ¡¡y estaban a 3€ el kilo!! Y luego salíamos por la calle y había naranjos para aburrir. Así pasó, que cuando fuimos a cenar al oriental y veía Yami salir la naranja cortadita, tenía hipotecadas a Nani y Marta para que las cazaran al vuelo XD

Ganitas nos daban de dar un baque por los naranjos de Sóller. Que estaban en sazón. Y algunos incluso en las aceras, como árboles decorativos, como ya había visto en Valencia.

La iglesia de Sóller (san Bartolomé), con naranjo incluído.

Banco de Sóller. La rejería modernista es una pasada.

La oficina de Turismo, que estaba detrás de la iglesia en otra placita, era un vagón de madera del Tren de Sóller, que vimos pasar por el pueblo. Es un tren de madera que funciona desde 1912 entre las localidades de Sóller y Palma de Mallorca. También vimos el tranvía, que lleva de Sóller al Port.

La verdad es que una ofi así la querría yo para mí, era como el triple de grande que la casetita de La Granja...

Y de vuelta al piso, nos encontramos con la fábrica de helados, los famosos Gelats fet a Sóller, así como de casualidad XD y nos llevamos un par de tarrinas casi hechas en el acto (y unos cucuruchos). En la mesa había buffet libre de naranjas, y nos lamentamos después de no haber cogido unas cuantas. Por cierto, los helados, una pasada. El mío era de crema de melocotón.

¿a qué hora dices que pasa el tren de las naranjas?