Posted by Findûriel in | 17.2.19 No comments
Poner orden en casa de dos coleccionistas nunca es fácil... pero como escribió Tolkien 'El trabajo que nunca se empieza es el que más tarda en finalizarse'.
Una amiga me habló el año pasado del método Konmari. Hace tiempo que escuché hablar de este sistema, ya que me rodeo de personas muy distintas y eso hace que reciba una cantidad y variedad de información que para sí las quisiera más de un articulista... el caso es que solemos aprovechar mi tiempo de inactividad laboral para arreglar la casa, llevar a cabo reformas más o menos dramáticas o poner orden en las zonas más conflictivas de nuestro pequeño agujero hobbit.

Fue con la llegada de la serie a la plataforma Netflix cuando me decidí a curiosear un poco más en el método. Al día siguiente de estar disponible, ya había visto la mitad de la serie, varios vídeos de Youtube y me encontraba sacando los cajones de la cocina para ordenarlos y limpiarlos, y dándome cuenta de que quizá tres juegos de servilletas de tela son demasiados para una casa de dos personas.

No he llevado a cabo el método tal y como Marie Kondo lo plantea. Es imposible que, en una casa habitada (y llena de libros y coleccionables, y con un gato pululando) puedas sacar TODA la ropa o (mucho menos) TODOS los coleccionables, que serían komono, o (muchísimo menos) TODOS los libros/cómics/publicaciones etc. en un espacio vacío y librarte de la tarea a tiempo... primero, porque no tengo espacio vacío para tenerlos exceptuando parte del suelo del salón, y segundo porque ya me veía comiendo encima de los libros y AH, eso sí que no. Sólo en libros vamos camino de los 700 (y eso sin contar mi colección de Hobbits), en cómics ni me paro a contarlos, más los juegos, los manuales de rol, las figuras... con deciros que la colección de Heroclix de Guillem supera las 4000 miniaturas (sí con tres ceros) ya creo que os hacéis una idea.
Así que hemos ido haciéndolo por etapas, siempre dependiendo del tiempo y las ganas que tuviéramos. Porque tenía claro que no quería hacerlo con desgana o en días en los que no estuviese en vena, así que diría que estoy a 5/6 partes de haber konmarizado mi casa.


Como lo que me interesa contar es cómo una pareja de coleccionistas acumuladores de memorabillia, merchandising y publicaciones están llevando este proceso, os voy a hablar de esa parte de nuestro proceso en concreto (con alegres pinceladas de los offtopic habituales).

En nuestro caso, ordenar ha sido arduo pero divertido. También nos hemos deshecho de cosas, y además hemos puesto en uso otras que sólo teníamos porque nos gustaron en las tiendas. Las cosas de las que nos hemos deshecho eran básicamente regalitos de McDonalds o promocionales (recordad SIEMPRE quitarles las pilas antes de deshaceros de ellas), camisetas que nos ponemos menos, alguna taza que se había dañado, cajas de figuras/Funko y publicaciones que teníamos que revisar (por ejemplo, periódicos en los que salían noticias nuestras o del smial, que hemos recortado y archivado).
Sí, he dicho cajas de figuras/Funkos, por mucho que le duela a los coleccionistas mint in box. Nos hemos quedado con unas cuantas: las de las espadas, figuras grandes, figuras de cerámica o figuras que queremos dejar envasadas porque aún no tenemos dónde colocarlas. Personalmente, los Funko chase/exclusivos sí los voy a conservar en la caja, de hecho, cubiertas con protector. Pero el resto va fuera, y ¡no os imagináis lo bonitas que se ven las figuras fuera de la caja! Es cierto que adquieres el compromiso de tenerlas en una vitrina o de pasarles el polvo más a menudo, pero se disfrutan mucho más.

Unido con esto, hemos encontrado un par de soluciones 'creativas' a este problema:

- Poner estantes altos sólo para las figuras. Parece una tontería, pero los estantes altos acumulan menos polvo. Hemos probado dos tipos de estantes altos y nos están funcionando muy bien, como por ejemplo una balda que originariamente es para colocar cuadros, en la que ahora tenemos la Comunidad del Anillo completa encima de las ilustraciones de Bermejo. Al principio me parecía que no se iban a ver bien, pero la verdad es que quedan fantásticas.


La compañía del Anillo está en el salón

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Puertas de cristal para las estanterías. Son una inversión, pero merecen la pena, y se pueden ir añadiendo poco a poco, según te las puedas permitir. Las primeras que entraron en casa fueron unas Oxberg negro/marrón para la Billy en la que tengo la mayoría de mis hobbits, que por cierto fue toda una experiencia para el gondoriano. No quería estanterías en el dormitorio, y ahora tenemos dos, la segunda la compramos con altillo y directamente con puertas. La parte del altillo la reservamos para los hobbits que sobrepasan la medida de ancho de la Billy, y el resto para las figuras que teníamos muchas ganas de exponer a salvo del polvo.

- Estanterías pequeñas para soluciones pequeñas. Teníamos un par de estanterías cuarteadas hace años, pues ha sido el momento de colgarlas y rellenarlas con las figuras pequeñas que dormían en sus cajas. Aún nos falta colgar una, pero la primera quedó tan genial que ya estamos buscando sitio para la segunda. También teníamos un set de estantes pequeñitos que hemos colocado (ya no los venden en Ikea, aunque ahora tienen estos set de 2). Ikea acaba de sacar una estantería para pintauñas y perfumes que, aunque ahora mismo está carilla, no me he resistido a comprar (y la tendré en seguimiento para futuras rebajas). Ha ido de perlas para algunos Funkos y como pieza de escritorio. Podéis encontrar otras opciones en estantes pequeños sueltos o incluso en la sección infantil, como esta o esta.


Ideal para Funkos. A la derecha, parte de la estantería cuarteada.



Estas balditas han sido muy útiles. Una pena que ya no las vendan.

Lo más importante para mí ha sido ir creando espacios fáciles de limpiar. Es decir, dejar las superficies lo más despejadas posible y meter en cajas, archivadores y tras cristales/puertas/cajones todo lo posible. Así, sólo me hace falta pasar un paño de vez en cuando y hacer limpieza de dichas cajas cada cierto tiempo.
ZONAS MÁS CONFLICTIVAS


- Mesas del ordenador. Un punto de entropía importante. Reordenar mi escritorio me ha hecho darme cuenta de la cantidad de 'paradespués' que llego a acumular. No os podéis ni imaginar, además, la cantidad de bolígrafos que no funcionan tenemos todos en casa... me he quedado con un buen número, porque suelo comprarlos de calidad, pero la cantidad que hemos tirado es bastante significativa. Es importante recabar todos los bolis de la casa y probarlos todos, para después redistribuirlos. Yo tenía bolis en mi mesa, el bolso, la habitación de juegos, la mesilla, el salón, junto al teléfono e incluso en la entrada (que suelo usarlos para firmar envíos o recepciones de pedidos).
También me he dado cuenta de que tengo varias libretas. Bastantes. Vale, muchas libretas. y cuadernos, y cuadernillos. Ordenar mis papeles ha sido fácil, ya que suelo usar cuadernillos de fundas para guardar estas cosas (contratos, nóminas, garantías y facturas, recuerdos de viajes, certificados, documentos médicos...) y además soy bastante rigurosa y suelo guardarlos pronto.

Los tarros de cristal que se consiguen en la cocina han sido también muy útiles para guardar dados, lápices, gomas y demás cositas de escritorio (¿os he dicho ya que me ENCANTA el material de escritorio?), que prefiero tener en cajones por el bien de la limpieza, como he dicho antes. En la mesa sólo tengo los dados en un precioso tarro de mermelada que simula una naranja con sus gajos y todo, y los bolis en un portalápices, que a su vez está metido en una bandeja con las libretas más grandes y los marcapáginas. Recordad, usad siempre marcapáginas. Doblar las esquinas de los libros es EL MAL.

- Los frontales de las estanterías. Por mucho que no lo visualizara al principio, tenía claro que quería estanterías sin figuras ni, a ser posible, nada delante de los libros. Para eso os remito a las soluciones creativas de más arriba, pero la verdad es que ha sido complicado y, a veces, casi imposible no poner las cosas delante. Al final he conseguido unas estanterías sólo con publicaciones (aunque los Funkos de The Witcher están delante de los libros de Geralt de Rivia, a la espera de que cuelgue más estantes) y la sensación que me dan al entrar en la sala es de mucha limpieza y armonía.
Últimamente, y para buscar ideas, he estado viendo algunos vídeos online sobre ordenar bibliotecas. Al final he decidido que mi sistema de toda la vida es el que más me convence: libros en vertical y por temáticas. Hay un gran número de personas en estos vídeos que los ordenan por colores, aunque también es verdad que suelen ser lectores de literatura juvenil, más proclive a tener portadas coloridas (más bien chillonas) que la literatura que suelo consumir...



Secciones Tolkien libres de decoraciones, y con los libros al borde de la balda
- Roperos y cocina. ¿Cómo afecta a un coleccionista o a un geek en su cocina o su ropero la acumulación de merchan o memorabillia? Muy fácil: las camisetas y las tazas. Con lo primero el que más ha despejado es el gondoriano, que tenía mil y un camisetas geek en sus cajones (suele ser un regalo bastante recurrente, y yo misma lo animo mucho a comprarse camisetas... que a veces termino mangándole). Yo soy de tener poca ropa, siempre lo he sido, así que me ha afectado poco. Terminamos desechando las más usadas, y el mogollón de camisetas casi nuevas que quedó (todas de temáticas geek) las donamos a familiares y a ONGs. Sobre todo fastidia desprenderse de camisetas que están en buen estado, así que la donación ha sido un gran acierto. Para futuros 'regaladores': el gondoriano se ha desecho de todo rastro de Darth Vader, Storm Troopers o el Imperio.
Sobre las tazas, pues al final todo ha sido aplicar uno de los principios del Konmari, según he visto en vídeos y en la serie: dar uso a las cosas que tenemos guardadas. Hemos llevado al Punto Limpio tazas que tenían años ya, alguna marca o que eran simplemente de publicidad sin valor sentimental, y estamos usando nuestras tazas geek (aunque no todas. Una se reserva las más bonitas o frágiles para cuando se levanta con el pie izquierdo y necesita una ración de belleza en un momento puntual).



BONUS - TRUQUIS DEL ALMENDRUQUI

- Cestas del 'esto no va aquí'. Inventazo que estoy deseando patentar. En cada habitación que hemos ido ordenando, siempre había una caja del 'esto no va aquí'. Cualquier caja basta. Según vas ordenando, vas poniendo en esa caja objetos que se han ido acumulando en la estancia pero que no pertenecen allí, para hacer una ronda doméstica de vez en cuando e irlos poniendo en su sitio. Por ejemplo, yo tiendo a acumular horquillas y gomas del pelo sobre la cómoda del dormitorio, limas de uñas por todos lados (me pone histérica que se me rompa una uña) o libros en cada rincón. Incluso he pensado dejar una pequeña bandeja o cestita en el dormitorio y otra en la cocina para estas cosas (por ejemplo, pinzas que uso para cerrar bolsas y que deben ir a la terraza, a la cesta de las pinzas).

- Las cajas del porsiacaso... al contenedor. Suelo acumular muchos papeles bonitos, sobres, saquitos de tul, bolsas bonitas de tiendas... por si acaso los necesito en el futuro. Y la verdad es que termino teniendo muchos más de los que utilizo. El gondoriano acumula demasiadas cajas vacías que quiere usar para guardar los ejércitos de miniaturas, o contadores de juegos, o cartas... cuando luego termina comprando envases específicamente diseñados para ello, o álbumes, o maletas con espumas que corta a medida. Quédate con unas pocas, y el resto a reciclar. Esto también va para los botes de cristal de la cocina, que era otro de mis vicios extraños, me he quedado con una docena de distintos tamaños y el resto, a reciclar.
Y no se os ocurra comprar cajas. Si queréis, comprad dos. Hacedme caso: terminan saliendo un montón de cajas entre las cosas que tenéis (mal)guardadas.

- El espacio mágico sobre las estanterías. Si tienes estanterías que no llegan al techo... es hora de aprovechar de una forma eficiente ese espacio. Eso lo aprendí en casa de mis padres, donde siete adultos y varias mascotas teníamos que convivir en un espacio limitado. allí aprendí de la magia de los maleteros, aunque aquí en casa lo he aplicado de otra manera, a falta de un carpintero en casa (cosa que sí tenía con mi padre).
Sea poner las cajas de las cosas que no quieres tirar (como las de las figuras más grandes), objetos envasados que aún no usas (como las espadas de ESDLA que están esperando su momento) u objetos estacionales (como el árbol y los adornos de Navidad), este espacio mágico está esperando ser aprovechado. También, si lo permiten, se pueden comprar altillos a medida. Y si no lo permiten, vi en internet un hack que apliqué en la biblioteca hace años: comprar cajones sin frontal (que suelen ser muy muy baratos) o cubos estantería, y apilarlos encima. Os sorprenderá lo que se puede hacer siendo un poco creativo.



Ejemplo de cubo sobre la estantería

Estos libros están en un cajón sin frontal, puesto en vertical.
- Aspirador de mano. Amo mi aspirador de mano. Todo ordenado es más fácil de limpiar, pero si además cuentas con un aspirador de mano, es miel sobre hojuelas. Tenemos una aspiradora grande que, a pesar de tener unos años, aún posee una succión fantástica y es sin bolsa, pero es aparatosa y más indicada para limpieza del suelo cuando quieres hacer una limpieza grande. El aspirador de mano es mucho más ligero, y los accesorios nos permiten limpiar el suelo, los estantes, los lomos de los libros y los pelos de Percy sin deslomarnos.

- El maravilloso mundo del cuelgafácil. Si, como yo, se te hace cuesta arriba taladrar la pared si es para un cuadro, bienvenido al maravilloso mundo del cuelgafácil. Esas láminas que aún tienes por colgar en casa ya no tienen excusa. Los póster que siempre piensas 'algún día lo colgaré', pueden estar en tus paredes con cuelgafáciles para cuadros pesados (los hay hasta de 3 clavos a la vez). No siempre podrás recurrir a ellos (para los muebles siempre taladro, y para los cuadros grandes con cristal de verdad también), pero te sacarán de más de un apuro y no tendrás las láminas, discos y sellos en las cajas sin poder disfrutarlos.


Como nota final, he de decir que más que ese 'does it spark joy?' que Marie Kondo se pregunta cuando toma un objeto, personalmente nos hemos preguntado más cuestiones como '¿quiero que esto esté en mi futuro?', '¿significa lo mismo que cuando lo compré/lo conseguí/me lo regalaron?' o '¿lo voy a usar?' dependiendo del objeto. También he de decir que doblar las camisetas al estilo Konmari (pero comenzando los últimos 3 dobleces por el cuello en lugar de la parte baja) permite a los geeks poder ver el estampado de las camisetas más fácilmente, e ir rotando su estilo de una forma mucho más dinámica, ya que el doblado general termina haciendo que usemos siempre las camisetas que hay en la parte superior, y olvidemos las demás.


Uno de los cajones del gondoriano, con las camisetas estilo Konmari.
Hasta aquí mi primer artículo de 2019. Tengo el blog muy aparcado, pero espero que os haya gustado el tema. No pienso hacerme minimalista (¿qué coleccionista es minimalista) y tampoco es cierto eso de los 30 libros que tanto se cacarea en las redes. Si lo fuera, tampoco lo haría, porque todos y cada uno de mis libros, especialmente mis hobbits, desprenden una luz muy especial y me hacen muy feliz.

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